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Turismo responsable con los animales. Qué es y qué puedes hacer tú.

Viajar nos ofrece infinitas posibilidades para descubrir y conocer otros países y otras culturas. Del mismo modo que nos permite disfrutar de la flora y la fauna tan maravillosa que habita en nuestro planeta. Sin embargo, muchas veces no nos paramos a pensar en cómo afectan nuestras acciones al entorno que nos rodea. Vivimos y viajamos dejando una huella que está pasándonos factura. A nosotros y al mundo. Aunque afortunadamente en gran medida actuamos mal por simple desconocimiento. Y sólo tomando un poquito de conciencia tenemos en nuestra mano la capacidad de hacer mucho para ponerle remedio. Así que en esta ocasión os voy a hablar un poquitín de todas esas cosas que podemos hacer para ejercer un turismo responsable con los animales.

Pequeños gestos que pueden marcar la diferencia para construir un mundo mejor. Y que son sólo una de las muchas patitas sobre las que se asientan las bases del los viajes sostenibles y conscientes con el medio que nos rodea.

Desde Mi Ventana al Mundo, además de intentar ser consecuentes en la medida de nuestras posibilidades con la sostenibilidad en cada uno de nuestros viajes y escapadas, creemos que, ya que tenemos la posibilidad de contar nuestras experiencias, también tenemos la obligación de haceros llegar la iniciativa de Turismo Responsable con los Animales de FAADA. Creada para exponer y concienciar sobre cómo los viajes y las actividades turísticas afectan a los animales. Y cómo han supuesto en ocasiones graves amenazas e incluso la extinción de especies. Pero también para informar y dar visibilidad a las alternativas éticas que hay y que permiten conocer y acercarse a la fauna de forma sostenible.

Pero, ¿qué es el turismo responsable con los animales?

Pues bien, en la Unión Europea, desde 1979 se reconocen estas cinco libertades necesarias para el Bienestar Animal:

    • Que los animales no pasen ni hambre ni sed.
    • Que no padezcan dolor, heridas ni enfermedades.
    • Que tengan ausencia de incomodidad.
    • Que dispongan de libertad para expresar su comportamiento natural.
    • Que no sufran miedo ni angustia.

Y aunque en la actualidad son “aceptadas mundialmente”, su cumplimiento es bastante escaso, por no decir completamente nulo, en prácticamente todas las actividades que envuelven a los animales a lo largo y ancho del planeta.

Debemos entender que los animales son seres vivos que, al igual que nosotros, tienen su lugar (y el derecho a ocuparlo) en el ecosistema y desempeñan un papel en la naturaleza. Por lo que cualquier actividad que implique sacarlos de su hábitat o que los lleve a realizar acciones que no son innatas de su especie, puede causar problemas de conservación en el entorno. Además de en el bienestar de los propios animales. Llegando incluso a causarles lesiones irreversibles. O hasta la muerte si ciertas situaciones se prolongan indefinidamente.

Igualmente, todas aquellas actividades que utilizan a los animales como reclamo o entretenimiento pueden llevarnos al falso mito de que están aquí para divertirnos y distraernos. Y nos insensibilizan de alguna manera a su sufrimiento y al maltrato al que se ven sometidos.

Por eso mismo, el turismo responsable con los animales busca todo lo contrario. Busca formas de acercarse y de conocer de una manera respetuosa la naturaleza y a los seres vivos con los que convivimos en ella. Recordando que todos tenemos el mismo derecho a estar aquí. Y rechazando cualquier conducta, práctica o actividad que no vaya encaminada en ese sentido. Porque, al fin y al cabo, si no hay demanda, dejará de haber oferta.

Qué actividades contribuyen al maltrato y la explotación animal

A grandes rasgos, podríamos dividir todas aquellas actividades que implican animales en 6 grandes grupos.

1. Interacciones con animales

Estas actividades, en las que las personas interactuamos de cerca con otras especies, en la mayoría de casos salvajes, implican que los animales hayan sido sacados de su hábitat. Que se les mantenga en cautividad y que, en muchas ocasiones, se les mutile o drogue para evitar que puedan suponer un peligro para nosotros. Pudiendo conducirles a situaciones de estrés y enfermedades que podrían causarles hasta la muerte.

Dentro de este grupo se englobarían las siguientes actividades:

  • Fotografías con animales. Como tigres, monos, serpientes, perezosos… Generalmente se les caza desde crías, están drogados o se les ha despojado de dientes, garras, etcétera. Además de que cuando ya no son “bonitos” suelen acabar abandonados y/o asesinados.
  • Nadar con delfines, leones marinos… Fomenta la cautividad de animales inteligentes e independientes.
  • Nadar con tiburones. Suele hacerse con la persona dentro de una jaula hacia la que se atrae al tiburón con carnada. Esto supone alteraciones del ecosistema y de las cadenas tróficas. Además de que podría suponer que los tiburones se vuelvan más agresivos contra los humanos. Ya que asociarían a estos con la obtención de comida.
  • Paseos en camello, caballo, burro o carros. Estos animales, aunque en sus hábitats naturales pueden recorrer grandes distancias y son resistentes, no están en ningún caso preparados para tener sus movimientos limitados y andar sobre asfalto o empedrados. Como tampoco lo están para cargar con pesadas estructuras con personas encima. Ni mucho menos para soportar jornadas maratonianas al sol sin comer ni beber (los camellos necesitan unos 30-40 litros de agua al día).
  • Paseos en elefante. A todos los problemas anteriores, en el caso de los elefantes hay que sumar que son animales completamente salvajes y su proceso de domesticación es atroz y brutal desde su nacimiento.

2. Espectáculos

Para que animales salvajes participen en espectáculos para los que claramente no están destinados es necesario recluirlos en cautividad, entrenarlos y amaestrarlos. Lo que generalmente se lleva a cabo mediante violencia o manipulándolos con comida. Convirtiendo la privación de alimento o los castigos físicos en el único incentivo de su comportamiento.

turismo responsable con los animales

Dentro de este grupo englobaríamos los circos, los trucos de magia, osos y elefantes que bailan o juegan al fútbol, delfinarios con delfines baloncestistas, exhibiciones de rapaces, loros en patines y un largo etcétera. Igualmente, tampoco debemos olvidarnos aquí de las carreras de animales, donde se les fuerza hasta la extenuación. Y donde los castigos por incumplir los objetivos son bestiales.

3. Tradiciones

Hace siglos, cuando no había muchas otras alternativas, los animales eran el epicentro del entretenimiento en todo el mundo. Y por eso hay tradiciones de todo tipo y en todos los países que les implican. Pero los gladiadores, las lapidaciones y las crucifixiones también formaban parte del catálogo de espectáculos y ya no se practican. Así que otras tradiciones como encantadores de serpientes, peleas de gallos, rodeos, encierros y corridas, aunque legendarias, tampoco son necesarias. Y suponen la cría, tortura y muerte de infinidad de animales.

4. Cautiverio

Granjas de cocodrilos y tortugas, santuarios de elefantes, centros de tigres, zoológicos y acuarios son probablemente la forma de explotación animal que más desapercibida nos pueda pasar. Quizás porque estamos muy acostumbrados a ella (¿quién no ha ido a un zoo o un acuario de pequeño?), quizás por que a veces es sutil y difícil de distinguir. Ya que en muchas ocasiones, con el incremento de la demanda de un turismo responsable con los animales, se disfrazan de falsos centros de rescate. Sin embargo, en lugar de promover la conservación y proteger a los animales, continúan perpetuando su precaria situación.

5. Avistamientos

Hay que decir que los safaris y avistamientos en sí pueden ser una maravillosa forma de ejercer un turismo responsable con los animales. Pues nos permiten conocerlos en su hábitat natural sin alterar (o haciéndolo el mínimo posible) su entorno.

turismo responsable con los animales

Peeero, porque siempre hay un “pero”, desgraciadamente no todas las empresas que los organizan cumplen con ese precepto. Hay organizadores que acosan a los animales con tal de obtener la foto. O que se inmiscuyen en sus ciclos vitales, separan a madres y crías, les atraen con comida e, incluso, destrozan el entorno. Y por eso mismo no hay que bajar la guardia.

6. Souvenirs

Tristemente sigue habiendo muchos lugares en los que los animales, y más concretamente partes de ellos, también son utilizados para la elaboración de souvenirs y recuerdos que los turistas se llevan a casa.

Animales disecados y artículos hechos de piel, pelo, marfil, hueso o dientes siguen estando a la orden del día. Esto fomenta el tráfico y la caza furtiva e ilegal de especies protegidas y/o en peligro de extinción.

Cómo puedes ejercer un turismo responsable con los animales

Tú, como turista y como individuo, puedes aportar tu granito de arena para acabar con esta lacra. ¿Cómo? Pues muy fácil. No contribuyendo a ninguna industria que se lucre a costa del bienestar de otros seres vivos.

Por suerte, cada vez crece más la demanda del turismo responsable con los animales, por lo que va habiendo más alternativas sostenibles y respetuosas. Y es que al final todo obedece a lo que pida el consumidor.

Así que aquí te dejo algunos tips para ayudar:
  • No participar en paseos sobre animales. Ni en actividades de nado con ellos. No es natural, no están preparados y son sacados de su entorno para tu diversión.
  • Evitar hoteles o restaurantes cuyo reclamo sean animales. No es su lugar.
  • No pagar por alimentar a animales. Puede generarles problemas de nutrición y de conducta.
  • Evitar asistir a festivales, fiestas y ritos que involucren animales, por muy tradicionales o típicos que sean. La mayoría de ellos son maltrato puro y duro.
  • No comprar animales, partes de animales ni artículos hechos con ellos. Sólo promueve la cría y el sacrificio.
  • No hacerse fotos, ni pagar por ellas, con animales que sean un reclamo turístico. Como ya hemos dicho, suelen drogarlos y mutilarlos para que no sean un peligro.
  • Evitar asistir y pagar por espectáculos en los que los animales tengan que actuar. Los «entrenamientos» para conseguirlo son terriblemente brutales.
  • Asegurarse bien de que el bienestar de los animales es la prioridad de los santuarios, orfanatos y centros de rescate para evitar las cada vez más frecuentes estafas. Ya que muchos de ellos sólo han cambiado el nombre para evitar las críticas, pero siguen siendo lo mismo. Aquí puedes consultar más información al respecto.
  • Denunciar cualquier actividad de maltrato animal que veas.
  • No alimentar a animales salvajes y recoger toda la basura. Ya que podría tener consecuencias para ellos, para su entorno y para tu seguridad.
  • Si vas a hacer avistamientos, nunca te aproximes demasiado a los animales (pídeles a los guías que tampoco lo hagan), habla bajito y muévete despacio, no te acerques a crías, nidos ni madrigueras; y ten cuidado con el flash y los ruidos de tu cámara para evitar que los animales se asusten.

Conclusiones

Si has llegado hasta aquí, igual te acabas de dar cuenta de que quizás sin querer, por desconocimiento o por falta de información, alguna vez has participado en actividades nocivas para los animales. ¡No te preocupes! Eso nos ha pasado a prácticamente todos. Y es que, ¿quién no fue al circo, al zoo o a un acuario de niño? Tampoco hay que fustigarse. Hace unos años no había tanta información como tenemos ahora. Y además había muchas cosas que, como sociedad, ni nos planteábamos.

Pues lo mismo ocurre con los viajes. Nosotros tuvimos nuestro gran baño de realidad en Tailandia. Y mira que ya íbamos en preaviso para no meter la pata (te contamos brevemente cómo picamos en este post). Pero nadie nace sabiendo. Y lo más importante es tomar conciencia, darse cuenta y enmendar los errores para no repetirlos.

Más información

Por eso mismo, para tomar conciencia, te invito a consultar la página web de FAADA. Que, como te decía al principio, es la promotora de esta iniciativa de Turismo Responsable con los Animales. Allí podrás encontrar mucha más información sobre el tema en general.

Así como listados y recursos específicos para que puedas disfrutar de la naturaleza y los animales, permitiendo que ellos también sigan disfrutando:

Si todavía tienes más dudas, hay alguna actividad que te genere desconfianza o quieres denunciar un maltrato, no dejes de ponerte en contacto con ellos en el email turismo@faada.org o rellenando su formulario. Son muy majos y estarán encantados de ayudarte.

turismo responsable con los animales

¡¡Y así entre todos seguro que podemos lograr un mundo mejor y más justo con nuestros compañeros de planeta!!

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