Qué ver en Istria en un día. Ruta por Poreč, Rovinj, Bale y Pula.

Istria es una península con forma de punta de flecha invertida que se encuentra bañada por el mar Adriático, en el norte de Croacia. Tan al norte que realmente una pequeña porción de su parte más septentrional pertenece a Eslovenia. Y otra más pequeña aún forma parte de Italia. Por lo que, tanto por cercanía como por historia, las influencias italianas (y eslovenas) se encuentran a cada paso en todos y cada uno de los rincones que ver en Istria en un día.

Reminiscencias de los primeros asentamientos paleobalcánicos, algunas de las ruinas romanas mejor conservadas del mundo o pueblos pesqueros arrolladoramente encantadores son sólo algunas de las cosas que se pueden encontrar en la Península de Istria. Y todo ello bañado por una tranquilidad y una autenticidad que en muy pocos otros rincones del país se pueden disfrutar.

Así que si estáis dudando si recorrer o no todo lo que ver en Istria, aunque sea en un día, ¡¡no lo penséis más!! Merece completamente la pena hacer un pequeño desvío y descubrir esta fascinante región.

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✅ Breve historia de Istria

Como sucede en muchos territorios, Istria tiene una historia tan antigua como compleja. Repleta de invasiones, (des)gobiernos, guerras… Un pasado que es una continua sucesión de idas y venidas que se remontan a tiempos casi inmemoriales.

Los primeros moradores de la Península Istriana fueron los Ilirios, concretamente la tribu Histri. Quienes se habrían instalado allí unos mil años antes de Cristo. Posteriormente también se establecieron en la zona pueblos Celtas que convivieron pacíficamente. Hasta que en el siglo II a.C. las huestes de Roma se hicieron con el poder. Y la anexionaron como región romana por orden del emperador Augusto doscientos años después.

Tras la caída del Imperio Romano la península cambió de dueños constantemente. Siendo gobernada por godos, lombardos, francos y austríacos. Hasta que en torno al año 1.000 la mayor parte de su territorio se integró en la República de Venecia. Y así permaneció hasta 1.797, cuando quedó bajo el dominio de los Habsburgo. Quienes perdieron el poder sobre Istria dos veces. Primero entre 1805 y 1813, cuando perteneció al Reino Napoleónico de Italia. Y después, y definitivamente, en 1918. Momento en el que, tras la derrota del Imperio Austrohúngaro en la I Guerra Mundial, pasó a pertenecer al Reino de Italia.

A partir del siglo XIX abundaron los conflictos étnicos entre los habitantes italianos, eslovenos, serbios, croatas y alemanes. Lo que empeoró durante la “italianización” forzosa de Mussolini y la ocupación Nazi. Sin embargo, tras la incorporación de Istria a Eslovenia y Croacia dentro de la antigua Yugoslavia después de la II Guerra Mundial, se produjo un éxodo de italianos. Y la península quedo habitada mayoritariamente sólo por croatas y eslovenos. Aún así, sigue siendo fácil encontrar istrianos hablando italiano (considerada lengua cooficial) y que rehúsan identificarse con cualquier país que no sea la propia Istria.

✈️ Cómo llegar a la península de Istria

La península de Istria, igual que sucede con la capital, Zagreb, queda quizás un poco a desmano del resto de visitas imprescindibles del país. Y tiene conexiones un poco reguleras. Pero a pesar de todo, nosotros creemos que merece la pena el desvío…

Se puede llegar de cinco formas:

• En coche. La mejor forma de acceder y de moverse con total libertad. Para llegar, ya sea desde Zagreb o desde el sur del país, habrá que dirigirse por la autopista E65 hasta Rijeka, la puerta de entrada a Istria. Y desde allí coger la E751 siguiendo los carteles hacia la población que queramos visitar. Y sí, es la misma carretera para todos los principales puntos de interés.

• En autobús. Croacia dispone de una nutrida red de autobuses que conectan prácticamente todos los rincones del país. Así que es posible llegar a casi todas las ciudades de Istria utilizando los autobuses.

• En tren. Los trenes en Croacia, además de escasos, son poco eficientes dado el deteriorado estado de las vías y la falta de infraestructuras del país. De hecho, a Istria en tren sólo puede llegarse desde Eslovenia en una ruta que comunica Liubliana con Pula. O acceder desde Zagreb y el sur del país hasta Rijeka. Pero una vez allí habrá que tomar otros medios, por ejemplo, un autobús.

• En avión. Si vuestro viaje se centra en visitar Istria (o empieza y termina en ella) hay dos aeropuertos a los que podéis volar: los de Rijeka y Pula. Aunque sus conexiones son principalmente locales y con algunas otras pocas ciudades europeas.

• En barco. También es posible llegar a Istria surcando las aguas. Pues existen conexiones desde Venecia y algunas otras ciudades croatas y eslovenas hasta los principales puertos de la península. 

✨ Qué ver en Istria en un día

La parte croata de la península de Istria, también llamada condado de Istria, tiene una superficie de unos tres mil kilómetros cuadrados. Y poco más de doscientos mil habitantes. Por lo que sus dimensiones no son demasiado grandes y se pueden ver sus mayores imprescindibles en una única jornada.

Aunque, como es lógico, veinticuatro horas sólo dan para eso, para descubrir los imprescindibles que ver en Istria en un día. Y para nosotros serían estos cuatro: Pula, Rovinj, Poreč y Bale.

Así que para que no os perdáis nada, os dejamos nuestro mapa de ruta:

Y ahora sí que sí, ¡¡empezamos!!

⭐ Poreč

Si empezamos a recorrer estos cuatro imprescindibles que ver en Istria de norte a sur, la primera parada será en Poreč, que en italiano se llama Parenzo. Una ciudad de unos veinte mil habitantes a orillas de la costa occidental croata, custodiada por una bahía y por la pequeña isla de San Nicolás. Además, puede presumir de ser uno de los asentamientos más antiguos de la península y de ser su principal núcleo turístico.

Aun así, las comunicaciones hasta y desde Poreč no son las más sencillas del mundo. Tan sólo se puede acceder hasta la ciudad en barco, con alguno de los shuttle que comunican las distintas poblaciones costeras. O por carretera. Ya sea en autobús de línea regular o en vuestro propio vehículo. Lo bueno es que para llegar hasta Poreč en coche sólo hay que conducir unos 100 kilómetros desde Rijeka sin salirse en ningún momento de la autopista E751.

⛔ El casco antiguo de Poreč es completamente peatonal. Así que lo mejor es dejar el coche en un enorme aparcamiento que hay junto al Parque Olge Ban (lo tenéis indicado en el mapa). Está a 5 minutos del centro, aunque debemos decir que su precio es elevado (unos 2€ la hora). ⛔

Una vez aparcado el coche, ¡¡os contamos todo lo que ver en Poreč!! Pero antes de nada, dedicad un par de minutos a disfrutar de la panorámica desde el parking.

Paseo marítimo de Poreč

Desde donde os hemos recomendado aparcar el coche se inicia un paseo marítimo que rodea toda la península sobre la que se encuentra el casco antiguo de Poreč. Y creemos que no hay mejor forma de empezar la visita que recorriéndolo.

Templo de Neptuno

A continuación, hay que empezar a adentrarse en la ciudad. Y, si lo hacéis entrando por su extremo oeste, enseguida se pueden divisar los restos del Templo de Neptuno.

Apenas son unas columnas lo que queda de aquel templo del siglo I que llegó a tener una planta de treinta metros de largo por once de ancho. Pero están consideradas de gran valor porque habría sido el templo más grande de toda Istria.

La Calle Decumanus y las plazas Marafor y Slobode

Siguiendo en la época romana de Poreč, tenemos que decir que la ciudad actual sigue manteniendo la estructura de castrum con la que fue diseñada. Los castros eran recintos rectangulares fortificados, generalmente porque eran asentamientos militares, que contaban con dos vías principales que se cruzaban. La vía que recorría esas ciudades de este a oeste era el decumanus. Mientras que la que lo hacía de norte a sur se conocía como cardo máximo. Y en Poreč siguen existiendo ambas calles y manteniendo además esos nombres originales.

Así que no hay que dejar de recorrer la calle Decumanus para cruzar todo el corazón del casco antiguo. Porque además es una arteria comercial encantadora, repleta de restaurantes y tiendecitas de todo tipo.

Además, tampoco hay que dejar de contemplar las dos plazas que entre las que discurre la calle: la Plaza Marafor, junto a la que se encuentra el templo de Neptuno; y la Plaza Slobode, donde en su día estuvieron las puertas de la muralla de la ciudad.

A lo largo del paseo tampoco hay que perderse, junto a la Plaza Marafor, la Casa Románica. Una antigua vivienda del siglo XII que, pese a que posteriormente se le añadió un balcón de madera, mantiene su estilo románico original.

Por otro lado, si os interesa descubrir un poco más de la historia de Poreč e Isitria, en la calle Decumanus está también el Museo de la Ciudad. Alojado en el Palacio Sinčić, un precioso edificio barroco del siglo XVIII.

Basílica Eufrásica

Pasando ahora de la era del Imperio Romando al periodo bizantino, otro de los mayores imprescindibles que ver en Istria es la Basílica Eufrásica (o Eufrasiana). Declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1997.

Su construcción se remonta al siglo VI y fue erigida sobre un oratorio primigenio del siglo IV que se había levantado en honor a San Maur de Parentium. La basílica actual está dedicada a la Virgen María. Y se construyó a petición del obispo Eufrasio, de ahí su nombre. Aunque el recinto también engloba todo un complejo episcopal que incluye un baptisterio octogonal y un palacio, ambos del siglo VI; una torre-campanario del siglo XVI y un precioso atrio con columnas.

Torres defensivas de Poreč

Para acabar de descubrir la ciudad, volvemos a saltar de época. Y nos trasladamos ahora al dominio veneciano de Poreč. De los casi ocho siglos que la ciudad perteneció a la República de Venecia se conservan diversos vestigios. Como son algunos palacios desperdigados por el casco histórico. Uno de ellos, el Palacio Zuccato, considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica veneciana en Croacia. Sin embargo, quizás lo que más llama la atención de aquellos tiempos sean los restos de la antigua muralla. Concretamente dos de las torres defensivas del siglo XV que aún se conservan en pie.

Una de ellas es la Torre Redonda, situada al sur, justo al principio del paseo marítimo. Y la otra es la Torre Pentagonal. Que recibe a los visitantes a las puertas de la ciudad, en la Plaza Slobode, franqueándoles el paso hacia la calle Decumanus.

Si os fijáis bien, en lo alto de esta torre se puede observar el relieve de un león alado, el símbolo de la República de Venencia.

⭐ Rovinj

La siguiente parada por los lugares imprescindibles que ver en Istria es en Rovinj. También llamada Rovigno en italiano. Y, tanto para nosotros como para muchos otros visitantes, es sin duda alguna la ciudad más bonita (¡y eso que la visitamos lloviendo!) de toda la península con diferencia. Además de que, durante algún tiempo, bajo el dominio austrohúngaro de la región tras las guerras napoleónicas, fue la capital de la Provincia de Istria.

Rovinj nació originalmente como un pequeño asentamiento pesquero en una igual de pequeña isla frente a la costa peninsular. Sin embargo, en el siglo XVIII los venecianos construyeron un puente para conectarla con tierra firme. Y con el crecimiento de la población y las nuevas edificaciones acabó quedando completamente integrada.

Para llegar hasta ella se puede tomar alguno de los shuttle marítimos que comunican con las distintas poblaciones costeras y con Venecia. O bien acceder por carretera. Ya sea en autobús de línea regular o en vuestro propio vehículo. Y para ello tan sólo hay que recorrer los 35 kilómetros que la separan de Poreč, al norte, o los 36 que lo hacen de Pula, al sur.

⛔ Como es lógico, el centro histórico de Rovinj, lo que en su día fue aquella isla, es completamente peatonal. Así que hay que dejar el coche fuera. Y lo mejor es hacerlo en el gran aparcamiento que hay justo al norte del acceso al centro (1€ la hora aprox.) ⛔

Después de aparcar, ¡no os perdáis todo lo que ver en Rovinj! Empezando por las preciosas vistas del centro que hay junto al parking…

Plaza del Mariscal Tito

Os recomendamos empezar vuestra visita a la ciudad en la Plaza del Mariscal Tito. Dedicada al que fuera presidente de la extinta Yugoslavia durante casi treinta años. Concretamente hasta su muerte en 1980. Y a quien, por sus orígenes croatas, se recuerda con gran cariño en el país.

Esta plaza es, además, el epicentro de Rovinj. En ella se encuentran coloridos edificios barrocos y renacentistas en tonos pastel. Entre los que destaca la torre del reloj, que data del siglo XIX.

Arco de Balbi

Desde la Plaza de Tito se puede cruzar el Arco de Balbi para entrar al casco antiguo de Rovinj. Esta antigua puerta de acceso a la ciudad es por su valor histórico uno de los mayores imprescindibles que ver en Istria. Fue construida en mármol blanco en el siglo XVII, concretamente en 1678. Y en su parte superior se pueden ver las cabezas de un turco y un veneciano. Una a cada lado del arco.

Tras cruzar el arco se entra en la Plaza Mateotti, una de las más bonitas que veremos. Y que da paso al adorable centro de Rovinj.

Calle Grisia

A continuación hay que empezar a subir por la empinada y empedrada Calle Grisia. Esta calle es la principal arteria de la ciudad. Y está repleta de tiendecitas preciosas, restaurantes encantadores y gatos, muchos gatos. Lo que convierte el camino, si no os llueve como a nosotros, en un agradable paseo.

Iglesia de Santa Eufemia

Al final de esa ulica Grisia se llega a la Iglesia de Santa Eufemia. Que fue construida con una imponente fachada de mármol blanco en 1736 bajo el dominio veneciano de Istria. Y constituye el edificio barroco más grande de la península.

En su interior se esconde la tumba, también de mármol, de Santa Eufemia de Calcedonia, la patrona de Rovinj. Y, aunque sus restos están repartidos entre Estambul, Nicosia (Chipre) y Antequera (Málaga), se cree que esta iglesia croata aloja la mayor parte de ellos.

Ulica Sv. Kriza y el Puerto de Rovinj

Para regresar a la Plaza del Mariscal Tito lo mejor es hacerlo utilizando la ulica Sv. Kriza que discurre en paralelo a la costa. De hecho, entre sus edificios, que en su mayoría son restaurantes con flamantes terrazas y vistas al mar, pueden divisarse las aguas del Adriático. Y en algunos puntos se puede acceder a pequeñas calas de rocas doradas y aguas turquesas.

Aunque lo que más nos gustó a nosotros es el lugar donde termina la calle: el Puerto de Rovinj. Desde el que hay unas preciosísimas vistas de toooooda la ciudad.

⭐ Bale

Antes de llegar a Pula, el último de los imprescindibles que ver en Istria, os recomendamos hacer una breve parada en Bale. Un asentamiento romano que se creó para defender las comunicaciones entre Pula y Poreč, las dos grandes urbes de la península.

Sin embargo, el pueblo tal y como lo vemos ahora responde a su configuración medieval del siglo XV. Un recinto amurallado estructurado en torno al Castillo Soardo-Bembo. Originalmente propiedad de las familias nobles homónimas.

Para llegar a Bale, sólo hay que conducir hacia el sur, en dirección a Pula, por la carretera local que lleva a la incorporación de la autovía 21. Y, antes de llegar a ésta, estaremos en Bale.

⛔ Bale es completamente peatonal. Así que el coche hay que dejarlo en un pequeño aparcamiento que hay antes de entrar al recinto amurallado (tenéis la ubicación en el mapa) ⛔

Después, se puede subir por una empinada cuesta que lleva directamente a la coqueta iglesia de Santa Elena. Un pequeño templo de piedra camuflado entre las casas que la rodean. Y desde ella os recomendamos recorrer el perímetro exterior de la muralla. Ya que parece literalmente sacado de otra época.

Al final de ese recorrido se llega al Kastel Soardo-Bembo. Que realmente es un palacio que, como os decíamos antes, fue propiedad de las familias Soardo y Bembo. Y franquea la entrada al corazón del centro histórico.

Para acabar, no hay que dejar de visitar la Iglesia de la Visitación de María a Santa Isabel. La iglesia principal de la ciudad que fue levantada sobre los restos de una antigua basílica del siglo IX.

Por último, si tenéis tiempo de sobra, no dejéis de tomaros algo en el Kamene Price. Un local de jazz superchulo (nosotros no pudimos hacerlo porque estaba cerrado).

⭐ Pula

El último de los imprescindibles que ver en Istria es la flamante ciudad de Pula (o Pola en italiano). El núcleo urbano más grande de toda la península. Que, aunque se sabe que estuvo habitado desde la Antigua Grecia, fue en tiempos de Augusto, el primer emperador de Roma, cuando se convirtió en el límite oriental del Imperio. Y en la capital de Istria durante muchos siglos. Sólo con excepción del periodo en el que ésta se trasladó a Rovinj durante el gobierno austrohúngaro. Además, a lo largo de la historia, Pula ha tenido siempre una notable importancia militar naval gracias a su posición estratégica en el mediterráneo.

Para llegar hasta ella se puede tomar alguno de los barcos que comunican las distintas poblaciones costeras (y llegan incluso a Venecia). O bien acceder por carretera. Ya sea en autobús de línea regular o en vuestro propio vehículo. Si llegáis en coche, podéis hacerlo a través de la autopista E751, la principal arteria que vertebra toda la península. O por la carretera 21, que la comunica con ciudades más pequeñas como Rovinj y Bale.

⛔ Aparcar en el centro de Pula es prácticamente imposible. Así que os aconsejamos dejar el coche en algún parking. Y nuestra recomendación concreta es uno al aire libre justo en la frontera este del centro (podéis ver su ubicación en el mapa). Su precio es de 1€ la hora aproximadamente ⛔

Arco de los Sergios

A muy pocos pasos del parking que os hemos recomendado se encuentra el primer imprescindible que ver en Istria dentro de Pula: el Arco de los Sergios. Un arco del triunfo que fue construido adosado a la muralla de la ciudad para conmemorar la participación del tribuno Lucio Segio Lépido en la victoria del bando del emperador Augusto durante la batalla de naval de Actium contra las tropas de Cleopatra y Marco Antonio.

Capilla de Santa María de Formosa

No muy lejos de allí se puede visitar también la Capilla de Santa María de Formosa. Que es lo único que queda en pie de una iglesia bizantina del siglo VI que formaba parte de una gran abadía benedictina. Y que a día de hoy sería el único vestigio que se conserva en pie de aquella época bizantina en la ciudad.

El castigo de Dirce

Un poco escondido por detrás de la capilla (a nosotros nos costó bastante dar con él) se encuentra el que podría ser el mosaico romano mejor conservado de toda Croacia: el Castigo de Dirce. Que fue encontrado por pura casualidad durante los trabajos de desescombro y limpieza de la ciudad tras la II Guerra Mundial.

Su creación se remontaría al siglo II o III. Y en él se represa el castigo que sufrió Dirce, atada a un toro que la arrastró hasta la muerte, en venganza por el maltrato al que sometió a Antíope tras creer que era la amante de Lico, su marido.

Foro romano y Templo de Augusto

El recorrido por Pula debe continuar siguiendo la calle del Foro, que lleva hasta la plaza que antaño fue el Foro Romano de la ciudad. Y que a día de hoy sigue siendo su epicentro político, administrativo y cultural. En ella se encuentran el Ayuntamiento de Pula. Y, junto a él, el Templo Romano de Augusto, dedicado al primer emperador de Roma.

En la actualidad el interior del templo, reconstruido tras la II Guerra Mundial, aloja un museo sobre el pasado romano de la ciudad y de la península. Aunque ha tenido otros usos. Llegando incluso a ser una iglesia durante el dominio bizantino de Pula.

Catedral de Pula

No muy lejos de allí, siguiendo por la comercial y animada calle Kandlerova, no se tarda en llegar a la Catedral de Pula. Consagrada a la asunción de la Virgen María en el siglo V. Aunque ya había ejercido como lugar de culto religioso desde tiempos de los romanos. En cualquier caso, desde que se convirtió en un templo católico ha ido sufriendo diversas ampliaciones y remodelaciones hasta configurarse como la vemos hoy.

Castillo de Pula

El siguiente rincón imprescindible que ver en Istria que no os podéis perder en la ciudad es el Castillo de Pula. Una enorme fortaleza veneciana del siglo XVII que se construyó en estilo francés en una posición privilegiada sobre una colina. Por lo que deja unas vistas de la ciudad y de la bahía que quitan el hipo.

Fue construido para defender la plaza principalmente de los ataques marítimos del Imperio Austrohúngaro. Aunque también sirvió de fortín defensivo contra los franceses en las guerras napoleónicas y, más recientemente, como baluarte durante la II Guerra Mundial. En su interior se puede visitar un museo sobre la historia de la ciudad y de la fortaleza. Pero lo que verdaderamente merece la pena es recorrer su paseo de guardia y disfrutar de sus vistas.

La entrada cuesta poco más de 2,50€ por persona. Y, sin duda alguna, merece la pena.

Zerostrasse

Debajo de la colina sobre la que se alza el castillo se encuentra una red de túneles y galerías que fueron diseñados durante la II Guerra Mundial para hacer las veces de refugio antiaéreo. Y después fueron reutilizados también durante la posterior guerra de Yugoslavia. Llegando a guarecer a más de 50.000 personas. En la actualidad puede visitarse en su interior una exposición fotográfica con la que acercarse a los trágicos años que vivió la región durante las guerras que padeció en el siglo XX.

Anfiteatro Romano

Y para acabar de visitar todo lo que hay que ver en Istria no hay que dejar de conocer la joya de la corona de Pula: su Anfiteatro Romano. Que fue construido con capacidad para unos veinte mil espectadores entre los años 27 a.C. y 81 d.C. Y que es uno de los seis más grandes que han llegado hasta nuestros días. Además del mejor conservado, el único en el que se mantienen las cuatro torres y en el que están perfectamente representados los tres órdenes de arquitectura clásica: dórico, jónico y corintio.

Puede visitarse todos los días con un horario amplísimo (de sol a sol, literalmente). Y el precio de la entrada es de 10€ por persona.

⚓ Las mejores actividades para completar vuestro viaje

Por otro lado, si preferís que un guía experto os acompañe y desvele todos los secretos de la Península de Istria, una región hermana de la Bella Italia; o tenéis más días en la zona y queréis completar vuestro viaje, no os perdáis todas las actividades, excursiones y visitas que ofrece Civitatis.

Aunque tened en cuenta que en esta región muchas de ellas operan sólo en inglés…

☕ Qué ver en Istria: dónde comer

En todas las ciudades que ver en Istria de las que os hemos hablado encontraréis un sinfín de locales para disfrutar de la mejor gastronomía croata. Pero, como en todas las zonas turísticas del mundo, elegir un restaurante al azar puede no siempre salir bien. Así que nos vamos a permitir haceros dos recomendaciones:

• Pizzería Napoli (Porec): Acabamos en este restaurante porque prácticamente todos los locales de Porec estaban cerrados. No sabemos si porque era lunes. O porque era un lunes del mes de abril que todavía no había demasiado turismo. O por qué. Pero el caso es que cenamos de maravilla. Fiándonos del instinto, decidimos pedir platos locales (en vez de pizzas) y fue un acierto. Tomamos unos chipirones a la parrilla con la guarnición estrella de Croacia, acelgas rehogadas con patatas; y unos Cevapcici, unas salchichitas de carne picada y especiada muy parecidas al kefta de los países orientales. Las raciones eran generosas y estaba todo buenísimo. Además, el precio con dos copas de vino por cabeza fue de tan solo 31€. ¡Todo un lujo!

P.D: las pizzas que vimos pasar también tenían una pintaza increíble

• Bistro Alighieri (Pula): elegimos este restaurante para disfrutar de algunos de los platos más típicos por sus buenos comentarios y resultó ser todo un acierto. Probamos la ensalada de pulpo, que estaba de lujo; y también pedimos un trío de mar, que eran langostinos, calamares y pescado a la parrilla acompañados, como no, de acelgas con patatas. Todo ello con tres cervezas y una botella de agua por 38€, propina incluida. ¡Un precio más que bueno teniendo en cuenta la altísima calidad de la comida!

⛺ Dónde alojarse en la península

Si queréis descubrir todo lo que ver en Istria en un día y no morir en el intento, deberéis alojaros en algún punto de la península o a las puertas de ella. Y además os recomendamos hacerlo dos noches, para así poder disfrutar de ese único día al completo.

Una buena opción puede ser quedarse dos noches en Rijeka y hacer la ruta entre medias. O, si no os importa cambiar más veces de alojamiento, podéis hacer como hicimos nosotros para aprovechar al máximo cada minuto: alojaros una noche en alguna de las poblaciones peninsulares (nosotros nos quedamos en Porec) y la otra noche en Rijeka. De esta manera, llegamos a dormir a Porec desde Zagreb por la tarde-noche. A primera hora empezamos a recorrer todo lo que ver en Istria. E hicimos una segunda noche en Rijeka antes de emprender nuestro camino rumbo al sur…

Así que, como compartir es de guap@s, os dejamos aquí nuestros dos alojamientos. Que, además, fueron de los mejores del viaje.

• Hotel Filipini (Porec). Es una preciosa casa de campo familiar de madera con unas pocas habitaciones. Pero tienen más de lo necesario para pasar unos días en plena naturaleza y a escasos pasos de la ciudad. Aunque quizás con lo mejor que nos quedamos es con el impecable trato del propietario, una persona encantadora que hizo nuestra estancia perfecta. Además, el desayuno es increíble. Todo preparado al instante y exquisito: zumo, café, fruta, yogur, pan, embutidos buenísimos, huevos… Lo que quieras. Sin duda, un lugar más que recomendable. Sobre todo para alojarse con mascotas. 

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• Casa San Vito (Rijeka). No le falta ni un detalle. Salón amplio, dormitorio cómodo (con una cama en la que descansamos como bebés) y baño más que suficiente. Además, estaba todo limpisimo y decorado con un gusto exquisito. Por no decir que la cocina tenía absolutamente todo lo necesario, las amenities del baño eran un lujazo, había hasta albornoces en el dormitorio… Resaltar también la amabilidad de la propietaria, que estuvo pendiente de nosotros en todo momento y hasta nos mandó videos con las indicaciones de donde aparcar y como llegar al apartamento. E incluso se ofreció a ayudarnos a pagar el parquímetro a través de su app… ¡Maravillosa! No podemos decir nada malo de Casa San Vito. Para nosotros fue perfecto.

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En cualquier caso, si queréis reservar el alojamiento de vuestros sueños en Istria al mejor precio, ¡¡no dudéis en usar nuestro link!! A vosotros no os costará más y a nosotros nos ayudaréis a seguir creando contenido.

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Y hasta aquí esta guía para sobre qué ver en Istria en un día. Una península de Croacia en la que, si no te lo dicen, podrías pensar perfectamente que estás en Italia.

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Espero que esta guía para visitar los imprescindibles que ver en Istris en un día os haya sido superútil. Si tenéis cualquier duda o pregunta, os animo a dejar un comentario o escribirnos por email. ¡Hasta muy pronto viajerxs!

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