Visitar La Habana: 30 cosas que ver y hacer en dos o tres días
Visitar La Habana es una de esas cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida. Y es que, a pesar de los estragos del tiempo, las penurias y la escasez, conserva una belleza y un encanto que es difícil encontrar en otros rincones del mundo. Quizás sean sus gentes, quizás sea su música, o quizás simplemente sea que es muy fácil sentirse como en casa a pesar de estar en la otra punta del globo. Pero el caso es que te atrapa. Así que nosotros lo supimos en cuanto la vimos: es uno de nuestros lugares favoritos en el mundo.
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¿Qué vas a encontrar aquí?
✅ Breve historia habanera
La Habana fue fundada en 1514 como una de las primeras ciudades que los conquistadores españoles establecieron en Cuba. Y gracias a su posición estratégica no tardó en convertirse en un importantísimo núcleo comercial. Motivo por el que también fue durante siglos el objetivo de piratas y corsarios. También por esa localización inmejorable se convirtió en el puerto donde los barcos de la Flota de las Indias se agrupaban antes de cruzar el Atlántico de regreso hacia el Viejo Mundo. Lo que hizo imprescindible buscar la forma de protegerla. Y para ello se amuralló la ciudad y se erigieron un sinfín de fortalezas militares a lo largo de la bahía.
Finalmente, en 1607, fue nombrada capital gracias a que el gobernador de Cuba trasladó su residencia de Santiago, en el sur, a La Habana, en el norte. Y desde entonces la ciudad no hizo más que crecer y crecer. Sobre todo tras la revolución, a principios de los años 60. Cuando se construyó la periferia habanera y algunos de sus barrios más emblemáticos, como Nuevo Vedado o Miramar. Pero como no queremos extendernos más y preferimos que lo descubráis todo vosotros mismos, ¡¡allá vamos con esta guía para visitar La Habana!!
✈️ Cómo llegar para visitar La Habana
Si vais a visitar La Habana, con un 99,9% de probabilidades llegaréis al Aeropuerto José Martí. El principal de la ciudad y de la isla. Que se encuentra a 18 kilómetros, unos 30 minutos, del centro de La Habana. Para llegar desde él hasta el centro tenéis las siguientes opciones:
- Reservar un traslado privado. Dado lo caóticas que son muchas cosas en Cuba, creemos que reservar un traslado privado es una de las mejores opciones para llegar al centro de La Habana.
- Taxi. Es una de las opciones más populares. Su precio ronda los 25-30€. Pero aseguráos de cerrar un precio con el taxista antes de salir del aeropuerto. Y, ¡bienvenidos al regateo!
- Autobús. También es posible ir en un bus público. Hay que salir de la terminal internacional y caminar hasta la T2. Allí se puede coger el autobús P12 que lleva en unos 45 minutos hasta el capitolio por apenas 30 céntimos (1-2 pesos). Aunque al parecer es algo difícil de encontrar.
- Alquilar tu propio coche. En el mismo aeropuerto de La Habana se encuentran todas las empresas de alquiler de coches. Que, por supuesto, no son las mismas que en el resto del mundo. Aunque hasta hace relativamente poco esta era una gran opción, lo cierto es que con la escasez de combustible, actualmente no es la mejor.
✨ Visitar La Habana: todo lo que ver y hacer
Si estáis pensando visitar La Habana, debéis saber que tiene cosas que ver y que hacer para dar y tomar. Si vais muy pillados de tiempo, con un día tendríais lo justito para ver sus imprescindibles. Pero nosotros os recomendamos dedicarle al menos dos días. Tres si es posible. Porque merece la pena perderse por sus calles, disfrutar en sus bares, hablar con su gente y dejarse llevar.
Para que no os perdáis nada, os dejamos nuestro mapa con las 30 cosas imprescindibles que ver y hacer al visitar La Habana. Dividido en las tres principales zonas de la ciudad: la Habana Vieja, Centro Habana y el Vedado.
Más allá del Vedado, está la zona de Miramar. Una zona residencial también muy popular en la capital habanera donde, aunque no hay grandes atractivos que visitar, sí que se encuentran algunos buenos hoteles para alojarse.
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✔️ Habana Vieja
Visitar La Habana Vieja es acercarse a esa parte de la ciudad que todos tenemos en la cabeza. A esas calles de preciosos, aunque destrozados, edificios coloridos. A esas esquinas con coches clásicos aparcados. A los músicos tocando sones y tristes baladas. Y a los grandes hoteles, cafés y restaurantes que vivieron tiempos mejores y que son testigos mudos de la historia de Cuba.
No en vano, este casco histórico de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1982. La pena es que la escasez de absolutamente todo en Cuba haga que se mantenga en pie de milagro. Aun así, es el mejor lugar para empezar a descubrir la capital caribeña.
1. Recorrer la Plaza de Armas
Dentro de esa parte vieja, la Plaza de Armas, la más antigua de la Habana, es el primer lugar que os recomendamos recorrer. Porque precisamente allí es donde nació la ciudad colonial en el siglo XVI. Su nombre proviene de los ejercicios militares que se llevaban a cabo en la zona en los tiempos de la fundación de la ciudad. Cuando los envites del pirata inglés Sir Francis Drake eran una amenaza constante.
Presidiendo la plaza se encuentra el antiguo Palacio de los Capitanes Generales. Que hoy en día alberga un Museo de la Ciudad. Sin embargo, si lo pilláis operativo, lo que más suele llamar la atención es el nutrido mercadillo de libros de segunda mano en el que se pueden encontrar auténticas joyas.
2. Visitar el Castillo de la Real Fuerza de La Habana
En uno de los extremos de la plaza se encuentra el Castillo de la Real Fuerza que, construido entre 1558 y 1577, es la fortaleza militar más antigua de todo el continente americano. Y un magnífico ejemplo de la arquitectura militar que los colonos españoles dejaron en el Caribe. Además de haber sido durante siglos el mayor baluarte defensivo de Cuba.
Durante mucho tiempo hizo las veces de residencia del gobernador general de la ciudad, pero en la actualidad su interior alberga un museo de la navegación y otro de la historia de la propia fortaleza.
3. Descubrir la Catedral de La Habana
Otro rincón imprescindible que visitar en la Habana es su asimétrica Catedral. Consagrada a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y conocida formalmente con el rimbombante nombre de Santísima y Metropolitana Iglesia Catedral de La Habana.
Su construcción empezó de la mano de los jesuitas en 1748. Sin embargo, con la expulsión de estos religiosos, la obra se paralizó y tardó unos once años en reanudarse. Cuando lo hizo, terminó de erigirse bajo las órdenes del arquitecto italiano Francesco Borromini. Y, a día de hoy, está considerada como una de las obras de barroco americano más sobrias y bonitas que existen. A pesar de su asimetría y la diferencia entre sus torres.
Como curiosidad os diremos que fue en el interior de la catedral cubana donde reposaron los restos de Cristóbal Colón hasta 1898. Cuando fueron trasladados a Sevilla tras la marcha de la isla de los españoles.
4. Probar los mojitos de La Bodeguita del Medio
Y como en Cuba hace mucho calor, y no todo iba a ser hacer visitas culturales, muy cerquita de la catedral se puede hacer la primera parada técnica para reponer fuerzas: la Bodeguita del Medio. Donde probar los mojitos es una de las cosas más imprescindibles que hacer al visitar la Habana.
El local es toda una institución. Y en su barra y en sus mesas se han sentado personalidades de la talla de Ernest Hemingway o Pablo Neruda. Así que no dejéis de pasar a tomar un mojito, escuchar a los músicos que suelen tocar en directo y firmar en una de sus paredes abarrotadas de garabatos.
5. Asomarse a la Plaza Vieja
La Plaza Vieja es para nosotros la más bonita de la ciudad. Fue diseñada en 1559 como un lugar de celebraciones festivas. Y se la llamó Plaza Nueva. Sin embargo, con el paso de los años, su estilo barroco cubano original ha ido dejando paso a los coloridos y característicos edificios de inspiración art Nouveau que la hacen un rincón único que visitar en La Habana.
Actualmente, la mayoría de ellos son cafeterías, restaurantes y cervecerías. Aunque si queréis ver algo curioso, no dejéis de subir a la Cámara Oscura. Un dispositivo óptico que permite disfrutar de una panorámica completa de la ciudad desde una torre de 35 metros de alto.
6. Pasear por las calles Obispo y O’Reilly
En el corazón de la Habana Vieja hay dos calles por las que hay que perderse paseando: la Calle Obispo y la Calle O’Reilly. La primera de ellas parte de la Plaza de Armas, es estrecha y peatonal y está repleta de tiendecitas y galerías de arte. Mientras que la segunda, paralela a la anterior, es más ancha y pueden circular vehículos. Pero es igualmente encantadora.
7. Hacer compras en el Mercado de Artesanía de San José
Si queréis hacer compras de souvenirs o artesanía, no os podéis perder el Mercado de Artesanía de San José. Que se encuentra en las antiguas naves de San José, junto al puerto de la ciudad. Allí se puede comprar de prácticamente todo: imanes, ropa, complementos, decoración…
8. Recorrer la Plaza de San Francisco
No muy lejos de los almacenes de San José está la última de las tres antiguas plazas de la ciudad (junto con la de Armas y la de la Catedral). Se trata de la Plaza de San Francisco. Construida frente al puerto durante el siglo XVI, cuando los barcos españoles atracaban en Cuba de camino entre las indias y España. Aunque ahora lo único que puede verse del puerto es la Terminal Sierra Maestra, donde atracan los barcos turísticos.
Originalmente la plaza contó con un mercado del que aún queda el edificio de la Lonja del Comercio. Sin embargo, cuando la compraventa de víveres se trasladó a la Plaza Vieja, el edificio se convirtió en la bolsa de valores de Cuba. Y tras la revolución cubana su uso quedó reducido al de oficinas normales y corrientes.
No obstante, lo más destacado de la plaza es probablemente la Iglesia-Convento de San Francisco de Asís. Cuya construcción, de estilo barroco cubano, empezó en 1548 y se prolongó hasta 1591. En la actualidad su interior alberga el Museo de Arte Sacro de la ciudad. Y también acoge exposiciones de artistas contemporáneos tanto cubanos como extranjeros. Además, la Basílica Menor del Convento se utiliza igualmente como sala de conciertos por su espectacular acústica
9. Saludar al Caballero de París
En uno de los laterales de la iglesia de San Francisco, concretamente en la calle Oficios, se encuentra una de las estatuas más emblemáticas de la ciudad: la del Caballero de París.
Pese a su nombre, el hombre inmortalizado en la estatua es el gallego José Manuel López Lledín. Quien llegó a cuba a principios del siglo XX buscando fortuna como tantos otros emigrantes españoles. Aunque la suerte no le sonrió y acabó perdiendo la cordura y deambulando durante más de 40 años por las calles de la Habana. Sus modales refinados le granjearon el cariño de los habaneros y el sobrenombre de parisino. Y finalmente, tras su muerte, le construyeron una estatua.
Pero por favor, aunque dicen que da suerte tocarle el dedo índice y la barba, no lo hagáis. Sólo hay que ver lo desgastadas que están ambas cosas?.
10. Viajar al pasado en la Farmacia Sarrá
Otro rincón imprescindible que ver si vais a visitar la Habana es la Farmacia Sarrá. El dispensario más grande que se construyó en la isla y por el que parece que no ha pasado el tiempo. Pues prácticamente todo se conserva como cuando se inauguró hace doscientos años con el nombre de Farmacia La Reunión.
Según cuentan, se levantó sobre un manantial de aguas medicinales. Y ese era el secreto de la efectividad de sus remedios.
11. Emular a Hemingway con un Daiquirí en El Floridita
Otra parada para reponer fuerzas que no os podéis perder es en El Floridita. Un emblemático café donde preparan los mejores daiquirís de toda Cuba. O, al menos, los más famosos desde que Hemingway se aficionase a ellos y dijese la célebre frase: “mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita”.
El local abrió sus puertas como bar-restaurante en 1817. Pero su popularidad creció como la espuma en los años 40 y congelado en aquella estética es como se ha mantenido hasta hoy. Incluyendo a los músicos que siguen tocando en directo la mejor música cubana de aquellos años.
Y volviendo a los daiquirís, aunque sean el emblema del bar y muchas veces se diga que éste es la cuna del daiquirí, hay que decir que es una receta tradicional del interior de Cuba. Sin embargo, el propietario del Floridita le dio una vuelta de tuerca hasta que dio con la proporción perfecta de ron, marrasquino, zumo de limón, azúcar y hielo picado y los encumbró al olimpo de los cócteles.
Para nosotros, dejar pasar el tiempo (y correr los daiquirís) en El Floridita es la mejor forma de terminar de visitar La Habana Vieja. El plan perfecto para un primer día en la capital de la ciudad.
✔️ Centro de La Habana
Limitando al este con la Habana Vieja y el oeste con el Vedado, del que hablaremos más adelante, el distrito de Centro Habana es otro de los que más rincones para descubrir tiene en la capital cubana. Es el epicentro actual de la ciudad. Y en él se encuentran casi todos los edificios administrativos y culturales. Además de la gran mayoría de los hoteles emblemáticos.
12. Buscar el diamante del Capitolio
El Capitolio de Cuba se construyó en los años 20 del siglo pasado con el respaldo del por entonces “amigo” gobierno norteamericano. De ahí su parecido con el capitolio de Washington. Aunque el de La Habana supera a este otro en todas sus dimensiones. Fue ideado para alojar la sede del Congreso Cubano. Pero desde la Revolución, en 1959, lo que alberga es la Academia Cubana de las Ciencias y la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología.
Su interior, si cabe, es más abrumador incluso que su exterior. En él destacan algunos de sus salones, como el Salón de los Pasos Perdidos, presidido por la Estatua de la República, una mujer de bronce de casi quince metros de altura. Así como el impresionante diamante de 25 kilates que se encuentra justo bajo los 62 metros de la cúpula. Y del que se dice que perteneció a la corona de Nicolás II, el último zar de Rusia.
13. Sentirse en una película en el Parque Central
Muy cerquita del capitolio se encuentra una de las plazas más emblemáticas que ver al visitar La Habana: el Parque Central. Un pequeño remanso de paz en el corazón de la ciudad. Con una frondosa arbolada en cuyo centro destaca la estatua de José Martí. El fundador del Partido Revolucionario de Cuba y uno de los líderes que iniciaron la Guerra de Independencia.
Alrededor de la plaza, además, se encuentran algunos de los edificios más emblemáticos de la capital. Como son el Hotel Inglaterra, el más antiguo de Cuba; o el Gran Teatro Alicia Alonso, la sede del ballet y la ópera nacional de Cuba.
14. Asomarse al Paseo del Prado
A los pies del capitolio y del Parque Central, en perpendicular al mar y adentrándose hacia el corazón de la ciudad, discurre el Paseo de José Martí. Una de las principales avenidas de La Habana a la que todo el mundo sigue llamando Paseo del Prado, su nombre original. Pues se diseñó inspirado en el de Madrid. Siendo además la primera avenida que se construía extramuros de la ciudad antigua.
15. Pasear por el malecón
El Malecón de la Habana es otro de los lugares más emblemáticos de la ciudad y de Cuba. Se trata del paseo marítimo. Que parte del Castillo de San Salvador de la Punta y se prolonga más de ocho kilómetros. A lo largo de todo el Centro de La Habana y el Vedado. Llegando hasta los confines de Miramar, ya a las afueras.
Lo mejor es acercarse al atardecer, cuando los cubanos se dan cita allí junto a músicos, poetas y filósofos para disfrutar de una de las mejores puestas de sol de la isla.
16. Acercarse al arte cubano en el Museo de Bellas Artes
Si vais a visitar La Habana en más de dos días, no debéis dejar de entrar al Museo de Bellas Artes. Donde se conserva una nutrida colección de arte cubano de todos los periodos que está considerada como una de las más completas e importantes de América Latina y el Caribe.
17. Conocer más de la historia cubana en el Museo de la Revolución
Otro museo que se puede visitar si se tiene tiempo es el Museo de la Revolución. Que se encuentra en el antiguo Palacio Presidencial, cuyo último ocupante fue Fulgencio Batista, el dictador que derrocó la revolución. Y que cuenta la historia del levantamiento cubano y de la vida del Che Guevara, uno de sus mayores iconos.
Detrás del museo puede verse también el Memorial Granma, un monumento al yate con el que Fidel Castro y el Ché, con otros revolucionaros, llegaron a Cuba desde México en 1956.
18. Alucinar con el Barrio Chino
Venga, si queréis empezar a alucinar un poquitín (más) cuando vayáis a visitar La Habana, no podéis dejar de acercaros hasta su Barrio Chino. Nosotros sólo lo vimos de refilón desde un taxi y con eso ya nos bastó para flipar.
Apenas son un puñado de calles, con epicentro en la Calle de Los Dragones, que fue donde cerca de 150.000 inmigrantes de origen chino se instalaron a mediados del siglo XIX y replicaron sus negocios tradicionales. Actualmente, aunque apenas quedan descendientes de aquellos inmigrantes, todavía se conserva la farmacia de homeopatía y el cine. Que sigue proyectando películas en versión original para los pocos ancianos de origen chino que aún pueden disfrutarlas.
19. Descubrir el Callejón Hamel
Y para acercaros a las raíces afrocubanas de buena parte de la población de la isla, no podéis dejar de llegar al Callejón Hamel. Un rincón de La Habana que surgió en 1989-90 dentro de un proyecto que buscaba darle su lugar a los orígenes africanos de la identidad de muchos cubanos. Y que ha terminado siendo una galería de arte callejero en toda regla.
Está algo alejado de buena parte de los puntos de interés, pero si tenéis la ocasión, merece la pena recorrerlo.
✔️ Vedado
Si seguimos avanzando hacia el oeste de la ciudad, el siguiente barrio que nos encontraremos al visitar La Habana será el Vedado. El barrio residencial por excelencia de la capital cubana. Que lleva su nombre porque originalmente, durante la ocupación española, estuvo vedado edificar en la zona para mantener el terreno despejado y así salvaguardar la ciudad de posibles invasiones y ataques.
Sin embargo, a finales del siglo XIX esa prohibición se levantó y se empezaron a construir grandes avenidas con un sinfín de casa señoriales rodeadas de jardines. Muchas de las cuales son hoy en día embajadas y edificios gubernamentales puesto que fueron confiscadas a los extranjeros y empresarios que abandonaron el país tras la revolución. Esta zona contrasta enormemente con lo que se conoce como Nuevo Vedado. La ampliación del barrio que se hizo en los años 50 del siglo pasado y que se compone mayoritariamente de edificios residenciales de estilo modernista. A lo que, en los años 70 y 80, para solucionar el problema de la vivienda, se le sumaron auténticas moles de cemento al más puro estilo soviético. Así que recorrer el barrio es recorrer también el popurrí de estilos y construcciones que fueron satisfaciendo las necesidades de la ciudad.
20. Visitar el Hotel Nacional
Un buen lugar para empezar a recorrer el Vedado es el Hotel Nacional, justo en la frontera con Centro Habana. Fue construido en 1930 en una pequeña colina a los pies de la bahía, donde se encontraba la Batería de Santa Clara. Y desde entonces siempre se ha considerado como el hotel más lujoso de la capital cubana. Aunque lo cierto es que a día de hoy sólo conserva un encanto desencantado y vive de las rentas de tiempos mejores. Pues hay hoteles nuevos que le habrían cogido la delantera.
En cualquier caso, os recomendamos asomaros a su interior e imaginar cómo debía ser cuando personajes de la talla de Buster Keaton, Tyrone Power, Marlon Brando, Churchill, Hemingway, Fleming y muchos otros tomaban copas en sus salones y se hospedaban en sus suites.
O como cuando en diciembre de 1946 alojó la “Conferencia de La Habana”. Un encuentro organizado por Lucky Luciano en el que se dieron cita todos los peces gordos de la mafia estadounidense. Tanto los líderes de la Cosa Nostra como los del Sindicato del Crimen Judío.
21. Tomar un helado en Coppelia
Construir la flamante heladería Coppelia y convertirla en una de las mejores del mundo (o al menos en una de las más famosas) fue uno de los caprichos más curiosos de Fidel Castro. Y el caso es que lo consiguió.
En los años 60 ordenó construir un local en el corazón del Vedado donde llegaron a trabajar más de 400 personas, tenía una capacidad para unos 1.000 clientes simultáneos y vendían 16.000 litros de helado diarios. Además, durante mucho tiempo, sus más de 25 sabores estaban posicionados en el olimpo de los helados. Pero los cubanos siguen bromeando con que seguramente sólo eran los mejores para aquellos que no habían probado otros.
En cualquier caso, pese a que ya apenas ofrecen de 4 o 5 sabores cada día y que, según cuentan los consumidores más fieles, ya no son lo que eran, sigue mereciendo la pena hacer la interminable cola para tomar un refrescante helado a un precio casi ridículo.
22. Conocer la Universidad de La Habana
No muy lejos de Coppelia se puede llegar hasta la Universidad de La Habana. Originalmente, fue fundada en el siglo XVIII por los frailes dominicos en el centro de La Habana Vieja. Sin embargo, en 1902 se trasladó a un templo neoclásico en pleno Vedado que es digno de ver. Y en el que destaca la majestuosa escultura del Alma Máter.
23. Flipar en la Plaza de la Revolución
Pero el verdadero imprescindible que ver en el Vedado al visitar La Habana es, sin duda alguna, la Plaza de la Revolución. Un inmenso, e icónico, espacio abierto de más de 70.000 metros cuadrados que fue durante muchísimos años el escenario de incontables actos y eventos relacionados con la Revolución Cubana y con el Partido Comunista de Cuba.
Fue construida en los años 20 y hasta la revolución se la conoció como Plaza Cívica. Pero desde entonces se le cambió el nombre y se instalaron en ella el Memorial José Martí y varios edificios de la sede del Gobierno Cubano. A la izquierda, el Ministerio del Interior, con el mural del Che Gevara y su mítica frase: “hasta la victoria, siempre”. Y a la derecha, el de telecomunicaciones con la imagen del carismático Camilo Cienfuegos.
⭐ Aunque para conocer todos los detalles del levantamiento contra Batista, os RECOMENDAMOS este Tour de la Revolución Cubana ⭐
24. Flipar más aún en el Cementerio de Colón
Si tenéis tiempo de sobra, tampoco os perdáis el impresionante Cementerio de Cristóbal Colón. Una auténtica maravilla con más de 57 hectáreas de extensión y repleto de esculturas y verdaderas obras de arte arquitectónicas. Lo que le valió la declaración de monumento nacional en 1987.
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25. Pegarse una buena fiesta en la FAC
Salir a tomar algo (o irse de fiesta completa si os animáis) a la Fábrica de Arte Cubano, conocida simplemente como la FAC, es una de las mejores cosas que podéis hacer al visitar La Habana. Pues, como ellos mismos la definen en su web, “es un gran laboratorio de creación interdisciplinario que expone lo mejor del arte contemporáneo de Cuba, con un marcado enfoque social y comunitario. Una antigua fábrica de aceite trasformada en un espacio generalista que se abre al intercambio entre las diversas manifestaciones artísticas que conviven en el mismo edificio”.
Y como os decimos nosotros mismos, es un sitio increíble. Puedes estar tomándote una copa rodeado de esculturas, disfrutar de la proyección de un corto, o bailar cualquier estilo musical conforme vas pasando de una sala a otra.
✔️ Más cosas que ver y hacer al visitar La Habana
Fuera de las fronteras de los tres barrios que hemos hablado se pueden ver y hacer algunos imprescindibles más al visitar La Habana. Así que seguid leyendo para descubrirlos.
26. Dar un paseo en Almendrón
Los almendrones son los coches clásicos que abundan por toda Cuba y por toda La Habana. Y subirse a uno de ellos para dar un paseo por la ciudad, aunque pueda parecer muy turístico, que lo es, es una de las mejores cosas que hacer.
La Habana es una ciudad enorme y muchas distancias son inabarcables a pie. Así que estos paseos son una forma increíble de llegar hasta algunos de los rincones más alejados y disfrutar de un rato diferente.
Podéis reservar con antelación en alguna plataforma una actividad como esta que ofrece Civitatis. O, si no, podéis preguntar en vuestro hotel o negociar directamente con los conductores que esperan a los turistas en plazas como el Parque Central, el comienzo del Paseo del Prado o la Puerta de O’Reilly.
El precio del paseo de una hora ronda los 20 € por persona.
27. Llegar hasta la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña
Con algo más de tiempo se puede cruzar al otro lado de la bahía y llegar hasta la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. La más grande de todo el continente americano. Que fue construida a finales del siglo XVIII, después de una incursión inglesa, para prevenir futuros asaltos a la ciudad. Aunque pasó a la historia por ser el lugar predilecto para los fusilamientos de insurrectos durante la Guerra de Independencia. Por ser una prisión militar durante la dictadura de Batista. Y por alojar el cuartel general del Che tras la revolución.
En la actualidad es un Museo de las Fortificaciones y alberga también el Centro Cultural Casa del Che en La Cabaña. Además de que desde allí cada día se celebra la ceremonia del cañonazo a las 21:00. Rememorando el protocolo que hasta 1850 indicaba la hora del cierre de las puertas de la ciudad.
28. Disfrutar las vistas del Castillo del Morro
Muy cerquita de la Fortaleza de la Cabaña se encuentra el Castillo de los Tres Santos Reyes del Morro. Que se construyó prácticamente a la vez que se fundaba la ciudad para proteger la entrada al puerto. Y se ganó a pulso su importancia. Pues en los siglos XVI-XVIII los ataques de piratas y corsarios fueron constantes.
29. Descubrir el Bosque de La Habana
¿Que La Habana tiene un bosque? Pues sí, La Habana tiene bosque. Se encuentra al sur del distrito de Vedado y su nombre oficial es Parque Forestal Metropolitano de La Habana. Aunque también se le conoce como el Parque Almendares.
Si tenéis un ratito, os recomendamos acercaros hasta él. Pues es un pequeño remanso de paz atravesado por el río Almendares. Donde los cubanos van a pasar el día y bañarse los fines de semana. Y el lugar perfecto para hacer un picnic y escapar del arrollador calor de la ciudad.
30. ¡¡Olvídate de los prejuicios y disfruta!!
Para acabar, el último de los imprescindibles que hacer al visitar La Habana es olvidarse de los prejuicios y disfrutar de una ciudad y un país increíble. Destierra absolutamente todo lo que te hayan podido contar, incluido lo que contamos nosotros aquí. Ve con la mente abierta y conoce de verdad la ciudad y a sus gentes.
Cuba es un país que lleva 60 años viviendo una situación incomparable a la de ningún otro lugar. Y que, desgraciadamente, en los últimos años no ha hecho más que agravarse. Así que sí, las calles y los edificios parecen que se van a caer al suelo y los cubanos apenas tienen qué llevarse a la boca. Pero, como ellos mismos dicen, parecen hechos de otra pasta. Pues, a pesar de las necesidades que padecen, La Habana es una ciudad completamente segura, tranquila y acogedora. No os dejéis llevar por la apariencia.
Los cubanos saben que su supervivencia depende de los turistas. No sólo por el dinero que dejan allí, que también. Si no por la impresión que se llevan a sus países. Tanto para atraer a otros turistas por el boca a boca, como para concienciar al extranjero de su realidad. Así que les encanta hablar con los forasteros, contarles en la medida de lo posible su situación y hacer que se lleven de vuelta a casa al pueblo cubano en el?.
⛺ Dónde alojarse para visitar La Habana
Si estás pensando visitar La Habana tienes que saber que hay infinidad de opciones alojamiento. Desde todo tipo de hoteles hasta las famosas casas particulares cubanas. Que vendrían siendo los clásicos bed and breakfasts o los modernos airbnb’s. Aunque todos ellos tienen en común una cosa: las propias limitaciones que tiene Cuba.
Es decir, no esperéis que una calificación de “x” estrellas sea lo que tenéis en la cabeza. No esperéis, y esto es lo más importante, que el desayuno, ni la comida ni la cena sea superabundante. No olvidéis que Cuba vive en un embargo comercial permanente y que la entrada de víveres es muy limitada. Así que es posible que algún día no haya leche. O que no haya pan, queso o cerveza. O que todos los días la comida sea la misma. Pero, en vez de quejaros, acordaos que la mayoría de cubanos no tienen ni eso. Y aun así siempre intentar tener una sonrisa en la cara. Desgraciadamente, esa es la realidad en la que vive sumido el país desde hace años.
Dicho esto, os dejamos algunas recomendaciones de los hoteles que tuvimos ocasión de conocer al visitar La Habana (viajamos por trabajo e hicimos una prospección de los mismos).
Hoteles recomendados en La Habana:
- Meliá Habana 5* (Miramar): Se trata de un hotel clásico en el distrito de Miramar. Cuenta con todas las facilidades y las habitaciones, aunque anticuadas, son muy amplias. Además, el Sr. Negrín, su director, es una de las personas más carismáticas que conocimos en nuestra estancia. Como único pero diría su distancia al centro de La Habana (unos 20 minutos en coche). Pero cuentan con un servicio de shuttle gratuito para clientes.
- Iberostar Parque Central 5* (Centro Habana): de los hoteles con mejor relación calidad-precio de la ciudad. Se encuentra en el mismísimo Parque Central, a tiro de piedra de prácticamente todo. Su mayor hándicap es que tiene una parte reformada y otra no. Y es una lotería en cuál te tocará alojarte.
- Grand Aston La Habana 5* (Centro Habana-Malecón): podríamos decir que es un hotel prácticamente perfecto. Habitaciones bonitas y amplias, localización ideal, personal impecable… El único “defecto” que le vimos es que está más enfocado a un público internacional, principalmente asiático. Y es posible que la clientela española se sienta algo fuera de lugar.
- SO Paseo del Prado 5* (Centro Habana): nuestro favoritísimo entre los favoritos. Es precioso en todos los sentidos. Las habitaciones están decoradas al detalle, es nuevo a más no poder y el personal es, literalmente, un encanto. Además de que no se come nada mal y que su ubicación es buenísima: en la cabecera del Paseo del Prado.
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Otra cosa importante que debéis saber es que los hoteles en Cuba no se pueden reservar en plataformas internacionales como Booking.com. Si queréis viajar por libre a Cuba y queréis alojaros en hoteles, lo más fácil es gestionar vuestra reserva a través de una Agencia de Viajes que os facilitará, además de vuelos y hoteles, el visado de ingreso al país y los traslados. Aunque también podéis reservar sólo el alojamiento directamente en la web de la mayoría de hoteles.
Y hasta aquí todo lo que os podemos contar sobre las mejores 30 cosas que ver y que hacer en La Habana. Para nosotros, la ciudad más mágica de Cuba.
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Espero que este post para visitar La Habana os haya sido superútil. Si tenéis cualquier duda o pregunta, os animo a dejar un comentario o escribirnos por email. ¡Hasta muy pronto viajerxs!
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