Noroeste de Mallorca, más allá de la Serra de Tramuntana.
Seguramente cuando pensamos en Mallorca a todos nos viene a la cabeza su imagen más clásica e idílica: la de esas preciosísimas calas de arena y rocas doradas bañadas por unas aguas cristalinas de color turquesa. Sin embargo, lo cierto es que la capital del archipiélago balear es más que un simple destino de sol y playa. Porque realmente es un destino con una combinación perfecta de mar y montaña. Y uno de los mejores lugares para disfrutar de esa mezcla es sin duda alguna el noroeste de Mallorca. Donde los antiguos pueblos y las sorprendentes calas han vivido durante siglos protegidos por la imponente Serra de Tamuntana.
Esta cordillera, que da nombre a toda la comarca, discurre en paralelo a la costa noroeste de Mallorca. Y lleva su nombre por los vientos que soplan procedentes de esa dirección. Y que habrían sido los responsables de su erosión creando un paisaje excepcional, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2011, en el que destaca el Puig Major, el pico más alto de la isla.
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¿Qué vas a encontrar aquí?
✨ Qué ver en el noroeste de Mallorca
Pues bien, para descubrir esa mezcla de mar y montaña, os proponemos un itinerario de un día recorriendo algunos de los lugares más mágicos que ver en el noroeste de Mallorca. Una ruta que empieza adentrándose en esa sierra hacia el Monasterio de Lluch. Y continúa visitando pueblos tan populares como Fornalutx, Sóller o Valldemossa. Para terminar en algunas playas de la talla de la espectacular Sa Calobra.
Así que para que no os perdáis nada, os dejamos nuestro mapa de ruta:
Y si preferís no tener que preocuparos de nada, no os perdáis estas actividades y visitas que ofrece Civitatis en castellano:
Monasterio de Lluch
Considerado por muchos como el principal centro de peregrinación no sólo del noroeste de Mallorca sino de toda la isla, el Monasterio de Lluch lleva su nombre por el topónimo latino lucus, que significaría “bosque sagrado”. Y, además, es el hogar de la Virgen de Lluch, la patrona de la isla.
Cuenta la leyenda que decidió construirse allí el santuario después de que un pastor y un monje encontraran una imagen de la virgen junto al torrente. Tras el hallazgo, la llevaron a la sede parroquial de la vecina San Pedro de Escorca. Sin embargo, la imagen desapareció al día siguiente y fue nuevamente encontrada junto a aquel torrente. Este hecho, que se repitió varias veces, propició que se le construyese su propio oratorio en la montaña. Y, con el transcurso de los siglos fue creciendo y convirtiéndose en lo que es hoy. Siendo elevado primero a Capilla Real y después a basílica. Y pasando por las manos de los templarios y de la Orden de Malta. Hasta que finalmente en el siglo XIX fueron los Misioneros de los Sagrados Corazones los que se hicieron cargo de su gestión hasta nuestros días.
Además de visitar el santuario propiamente dicho, no hay que dejar de seguir el camino que sale de su parte trasera y que va a parar a un mirador con unas vistas de infarto.
Sa Calobra
Desde el santuario, tomando la carretera que desciende hacia la costa del noroeste de Mallorca no hay que dejar de visitar la cala de Sa Calobra. Una antigua y pequeña aldea de pescadores en la desembocadura del torrente de Pareis. Y que ahora es uno de los principales reclamos turísticos de la Sierra de Tramontana.
Para acceder, después de dejar el coche en el aparcamiento que hay habilitado para ello a la entrada del pueblo (¡ojo! en temporada alta conviene ir muy temprano), se baja a pie hasta lo que en su día fue el asentamiento pesquero. Y que actualmente es donde se encuentran todos los restaurantes y servicios turísticos. Pero no os quedéis sólo con eso, la verdadera joya se esconde siguiendo el sendero que discurre por el acantilado hacia el norte y que se adentra en la montaña para ir a parar a una playa (casi) inaccesible y enclavada entre acantilados.
En esta segunda playa, para conservar todo su encanto, no hay absolutamente ningún servicio. Por lo que tanto para comer como para ir al baño hay que hacerlo regresando a la principal. Pero no os preocupéis, el paseo son apenas 10 minutos.
Otra forma de descubrir esta auténtica maravilla es llegar en barco. Para lo que te recomendamos sin duda alguna esta excursión que ofrece Civitatis.
⚠️ La playa de Sa Calobra es de guijarros y cantos rodados, por lo que os recomendamos llevar calzado tipo calamar. Que sujete y proteja el pie, pero que se pueda mojar ⚠️
Fornalutx
Después de pasar un agradable rato en la cala de la Calobra, la siguiente parada imprescindible a lo largo y ancho del noroeste de Mallorca es en el precioso pueblo de Fornalutx. Uno de los más bonitos de Mallorca que, además, se ha ganado también su plaza en la lista de los Pueblos más Bonitos de España. Y es que estamos seguros de que sus preciosas y empinadas calles empedradas repletas de casas de piedra dorada con floreados y coloridos balcones no dejan a nadie indiferente.
Partiendo de la Plaza de España, el epicentro de Fornalutx, es imprescindible subir por el Carrer Església. Además de deambular y perderse por el Carrer des Metge Mayol, el Carrer des Vent y el de s’Olivar. Entre los que encontraremos edificios tan destacados como la Iglesia de la Natividad, el Ayuntamiento o el Casal de Can Xoroi. Una antigua casa señorial que el ayuntamiento adquirió y en la que se expone una muestra permanente de fotografías de la evolución de Fornalutx a lo largo del tiempo.
⛔ El casco histórico de Fornalutx es completamente peatonal, por lo que la mejor (y prácticamente la única) opción es dejar el coche en un parking habilitado a tal efecto. Sin embargo, no es nada grande, por lo que en temporada alta puede ser complicado ⛔
Mirador de ses Barques
Antes o después de visitar Fornalutx tampoco hay que dejar de hacer una paradita en el Mirador de ses Barques. Un lugar privilegiado a lomos de la Serra de Tramuntana desde donde se tienen unas vistas totalmente alucinantes de los montes y la costa. Así como del Puerto de Sóller del que hablaremos más adelante.
Sóller
Nuestra ruta continúa en Sóller, uno de los pueblos más grandes, populares e importantes del noroeste de Mallorca. Su historia se remonta al periodo talayótico (siglos VI-III a.C.). Aunque fue en el medievo cuando ganó relevancia y notoriedad gracias a la prosperidad del Valle de los Naranjos que lo rodea. Atrayendo a partir del siglo XVI infinidad de ataques de piratas y corsarios.
A partir del siglo XIX, la crisis que asoló Europa hizo que muchos lugareños emigraran hacia Puerto Rico, Francia, Alemania y Suiza. Hasta que en 1912 se inauguró el ferrocarril que unió Sóller con Palma. Y la localidad volvió a posicionarse como una de las más punteras de toda Mallorca.
⛔ Sóller es un pueblo bastante grande. Por lo que es posible aparcar en muchas de sus calles que tienen zona verde o azul. Si no, también hay dos parkings (Plaça dels Teixidors y Plaça del Mercat) en los que se puede aparcar ⛔
Una vez en el pueblo, lo mejor es empezar la visita en la Plaza de la Constitución. En la que se encuentran los edificios más emblemáticos: el barroco Ayuntamiento, con el escudo de Sóller en lo alto; el Banco de Sóller y la llamativa y modernista Iglesia de San Bartomeu, diseñada por Joan Rubio i Bellver, discípulo del mismísimo Gaudí.
Además, si os sentáis en alguna de sus terracitas a tomar un exquisito zumo de naranja, tendréis la ocasión de ver pasar el histórico tranvía de Sóller. Que comunica el pueblo con la zona del Puerto.
Después, os recomendamos tomar el Carrer de Sa Lluna, la principal arteria peatonal. En la que aún quedan edificios medievales testigos del paso del tiempo y del camino que antaño debían seguir los comerciantes en su camino hacia poblaciones vecinas como Fornalutx.
Puerto de Sóller
Antes de abandonar definitivamente Sóller, es también una parada casi obligatoria acercarse hasta el coqueto Puerto de Sóller. Podéis hacerlo en unos treinta minutos tomando el tranvía del que os hemos hablado o recorriendo en coche los seis kilómetros (unos 10 minutos) que los separan.
El paseo marítimo del Puerto de Sóller es un lugar superagradable para dar un paseo y para tomar algo en cualquiera de las infinitas terrazas que tiene (¡ojo! que en invierno a veces es difícil encontrar locales abiertos). O incluso para darse un chapuzón en alguna de sus playas.
Deiá
La penúltima parada de esta ruta por el noroeste de Mallorca es en otro pintoresco pueblecito de montaña: en Deiá. Un enclave, una vez más, en lo alto de la Serra de Tramuntana, que en durante el siglo XX se convirtió en refugio de artistas de todo tipo que llegaban atraídos por su belleza y su tranquilidad.
Si bien recorrer su calle principal es agradable, el verdadero imprescindible de Deiá son las vistas del pueblo desde el mirador que hay en la carretera a la salida del mismo. Además, los laterales de esa carretera son el lugar ideal (y el único más bien) para poder aparcar el coche.
También se puede visitar la casa-museo de Robert Graves, el autor de la mítica novela Yo, Claudio; que se instaló en Deiá a finales de los años 20. Así como un pequeño museo arqueológico fundado por los Waldren, un matrimonio estadounidense que recopiló una serie de restos arqueológicos de los yacimientos cercanos.
Y si os pilla la hora del atardecer, apuntad bien estos dos lugares: Son Marroig y Sa Foradada. Dos de los mejores sitios para disfrutar de las puestas de sol más increíbles de Mallorca.
Por último, si viajáis en verano, no dejéis de bajar hasta la Cala Deiá. Una pequeña playa de guijarros y cantos rodados, pero de sublimes aguas turquesas; a tan sólo tres kilómetros del pueblo, en la desembocadura del Torrent Major.
Valldemossa
Para muchos es el pueblo más bonito del noroeste de Mallorca. Así que Valldemossa es el mejor colofón a esta ruta. Pues se trata de un pueblo de tradicional piedra mallorquina en lo alto de una colina rodeada por un frondoso valle. Y repleto de un sinfín de callecitas peatonales superagradables.
Su historia es muy lejana, pero realmente ganó importancia cuando, en el siglo XIII, tras la reconquista de la isla de Mallorca, el rey Jaime I ordenó construir un palacio para su hijo Sancho. Y este edificio, el Palacio del Rey Sancho, aún puede visitarse en la actualidad. Aunque realmente desde que las instalaciones fueran cedidas a la Orden de los Cartujos el palacio pertenece a la Real Cartuja de Valldemossa. Un enorme complejo dentro del que destaca una iglesia con unos espectaculares frescos que es sin duda alguna el mayor imprescindible que ver en el pueblo.
⚠️ Os recomendamos consultar horarios y precios en su web oficial. Pues varían mucho según la época del año⚠️
En el interior de la cartuja (aunque no se incluye en la entrada general) se puede visitar también un pequeño museo en la celda, así es como se llama a las habitaciones de las hospederías religiosas, en la que se alojaron durante un viaje el compositor Chopin y su amante, George Sand. Y donde dicen que se inspiró para componer algunas de sus obras.
Después de las visitas de este complejo, hay que acercarse igualmente hasta la Iglesia de San Bartomeu. El lugar fundacional a partir del que se estableció toda Valldemossa después de la reconquista aragonesa. E incluso visitar la Casa Natal de Santa Catalina Thomas, la única santa de la isla.
⛔ Para aparcar hay un espacio habilitado a la entrada del pueblo ⛔
☕ Comer en la Sierra de Tamontana
Que en España se come de vicio es un hecho. Y en Mallorca, con el mar y el monte a mano, no iba a ser menos. Así que no podíamos terminar de hablar de los imprescindibles del noroeste de Mallorca sin mencionar dónde comer. O al menos, dónde tomar algo si hacéis una ruta como la que os hemos propuesto:
- Bar Depor (Fornalutx): Quizás no para comer, pero el Bar Depor es el lugar perfecto para hacer una parada técnica y tomar un aperitivo o merienda. Su llonguet de sobrasada es sencillamente espectacular.
- Insieme (Valldemosa): Nos sentamos en Insieme prácticamente por desesperación después de varios pueblos en los que no conseguimos comer (en invierno la oferta gastronómica y sus horarios se limitan mucho). Y lo cierto es que resultó ser una grata sorpresa. La carta es muy sencilla (tapas y tostas) pero tiene unas marcadas raíces locales y está todo de muerte.
- Ca’n Molinas (Valldemosa): para terminar esta lista de lugares en los que que comer en el noroeste de Mallorca, os tenemos que hablar de Ca’n Molinas, una pastelería famosa por su coca de patata. Un bollito preparado a base de patata, huevo, azúcar y manteca; que se hornea y, después de dejarla enfriar, se espolvorea con un poco de azúcar. ¡¡No os lo podéis perder!!
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Y hasta aquí todo lo que os podemos contar para hacer una ruta por el noroeste de Mallorca. Como veis, un destino que combina perfectamente historia, religión, mar, costa, montañas…
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Esperamos que esta guía para visitar el noroeste de Mallorca os haya resultado superútil. Si tenéis cualquier duda o pregunta, os animo a dejar un comentario o escribirnos por email. ¡Hasta muy pronto viajerxs!
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